miércoles, 8 de agosto de 2012

El principio del fin

Hace muchos años encendi aquel primer cigarrillo, uno de tantos, uno de millones.

Estaba con cuatro bellas mujeres, sentado contra una pared, a altas horas de la mañana, esperando a el timbre para entrar a el instituto.

De aquellas era un pequeñajo, con mis inutiles 12 años, a principio de un nuevo curso, en un nuevo lugar, pero con la gente de siempre.

Yo creo que como todo el mundo, el primer cigarrillo, lo encendi, porque me lo ofrecieron, y porque no, al fin y al cabo, tampoco tenia nada mejor que hacer en esos quince/veinte minutos antes de entrar al instituto.

Ya ni me acuerdo como supo aquel cigarrillo, ni de que marca era y la verdad, tampoco me importa.

Ahora mismo, años despues, sigo con el mismo asqueroso vicio, el tabaco... pero con nueve años mas y supongo que tal vez mas maduro, espero...

Me hace replantearme si deberia seguir fumando o dejarlo, pero me acuerdo de todos esos momentos, donde si no hubiera sido por ese cigarrillo, hubiera acabado de los nervios, porque cierto es que el tabaco relaja y eso, pues muchas veces, la verdad es que ayuda.

Tambien me acuerdo de esos malos momentos, donde hacia que me dieran ataques de asma al correr, o simplemente al fumar.

Pero cuantos recuerdos, en una simple roca en un recreo, una rampa o escondido de mis padres, siendo menor... cuantos de fiesta, en mi casa o despues de un buen polvo.

En el fondo, este es el principio del fin, el principio de un vicio y el fin de una vida, ya que el tabaco mata, pero que le vamos a hacer, es una adiccion y mi cuerpo ha decidido, morir con un cigarrilo por hoy, quien sabra mañana...

No hay comentarios:

Publicar un comentario